En horas de la mañana de hoy, tiempo de Roma, los tres presidentes de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe fueron recibidos por el Papa Benedicto XVI en audiencia privada en donde consignaron el Documento de Conclusiones de la recién finalizada Conferencia General, documento que lleva el nombre de Aparecida. Los Cardenales Francisco Javier Errázuriz, de Chile, Giovanni Battista Re, del Vaticano, y Geraldo Magella Agnelo, de Brasil, según la nota divulgada por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se reunieron con el Santo Padre en horas de la mañana y aunque no se divulgó el contenido del diálogo, el objetivo fundamental de la audiencia era presentar el fruto de los 18 días de trabajo concretados en el Documento de Aparecida y compartir con el Santo Padre las bondades del ambiente en que se realizó la conferencia, no sólo por el ambiente físico del Santuario, sino por el clima de comunión y de presencia del Espíritu Santo que todos los asistentes experimentaron.
Queridos hermanos, celebramos esta Eucaristía haciendo memoria del acontecimiento de Pentecostés. Estamos reunidos con María, la Madre de Jesús, y aun después de partir de este santuario seguiremos viviendo, bajo el impulso del Espíritu Santo, del ardor que él nos infunde, de la comunión que él forja entre nosotros y de la abundancia de los carismas y ministerios que él regala a su Iglesia. Seguiremos sirviendo pastoralmente con la urgencia de las puertas del Cenáculo muy abiertas, y con el ejemplo de la predicación de Pedro, lleno de valentía, de confianza y convicción.
Nos inspira esta mañana la fiesta de la Visitación de María. Recordamos a la Sma. Virgen , que llevando a Jesús en su seno, se apresuró a visitar a su pariente Isabel.
Maria misionera
Fue la primera acción misionera de María que nos narran los Evangelios. Bastó una insinuación del Ángel Gabriel, y ella se puso en camino, presurosa, hacia el hogar de su prima Isabel. Prefirió no quedarse en casa, adorando a Jesús recién concebido en su seno. Es claro, nunca tuvo la tentación de separar el amor a Dios del amor al prójimo. A ambos amores, entrelazados en su alma, se dedicaba con todo el corazón, con toda el alma y con todas sus fuerzas.
Presidida por: Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo de Santiago de Chile, Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y uno de los tres Presidentes de la V Conferencia.
Palabras Iniciales:
Después de reunirnos por última vez en el auditorio de nuestras sesiones plenarias, hemos subido al santuario de Nuestra Señora para celebrar cerca de la imagen bendita la Eucaristía , la última de las concelebraciones eucarísticas que han expresado profundamente aquí, en Aparecida, nuestra identidad de discípulos y misioneros.
Antes de partir nos reunimos nuevamente a la escucha del Maestro con los peregrinos y con tantas personas que nos acompañan desde nuestros países a través de la radio y la televisión. Con todos ellos queremos ofrecerle al Padre nuestra existencia y todos nuestros proyectos, insertos en el ofrecimiento de Cristo para realizar su plan de amor. Acompañados de cantos de esperanza renovaremos como en cada jornada nuestra firme decisión de compartir el camino pascual de nuestro Señor y de alimentarnos con el pan de vida eterna. Como peregrinos y misioneros suyos seremos enviados por él para la vida del mundo.
Queridos Hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio Queridos hermanos y hermanas en el Señor, Estimados Observadores de otras confesiones religiosas,
1- Después de estas intensas jornadas de oración y trabajo, hemos llegado al término de esta V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño. Quizá estemos un poco cansados, pero ciertamente todos estamos muy felices y con el corazón colmado de gozo.
Han sido dias hermosos, llenos de alegría. Puedo decirles que me ha gustado mucho el clima de cordialidad, de confianza, de comunión y de libertad que ha reinado durante estos días. Quedarán como algo inolvidable también las espléndidas celebraciones liturgicas. La presencia de incontables peregrinos al Santuario de Aparecida, llenos de fe, ha sido para todos nosotros motivo de aliento y de esperanza.
Hemos tenido la alegría de encontrarnos juntos como hermanos en el Señor, conscientes de vivir un momento privilegiado de gracias abundantes y de intensa espiritualidad. Hemos trabajado juntos a favor de una tarea común a todos nosotros, como es la de ser y formar discípulos y misioneros de Cristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida.
En las discusiones de grupo y en las comisiones no han faltado a veces puntos de vista diversos y acentuaciones diferentes, signo de libertad y franqueza, pero todos nos hemos encontrado plenamente unidos en las cuestiones substanciales. Además todos nos hemos sentido animados por el mismo amor a Cristo, a la Iglesia y a los pueblos de América Latina y del Caribe.
En mi pueblo Almodóvar del Campo, nacieron dos grandes santos, San Juan de Avila y San Juan Bautista (Reformador de los Trinitarios) y allí se celebraron los tres primeros capitulos de la reforma Teresiano-Sanjuanista, son mis cuatro pilares donde me apoyo para evangelizar.
Por otra parte, Mi padre me hizo prometer que siempre miraría por Puertollano y continuaría con su trabajo...
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